Venezuela, como Chávez, es un país de contrastes
Marta Jiménez Gentil
El mal estado de la economía, que Venezuela sea uno de los países más inseguros del mundo y una oposición política unida y fuerte no son suficientes razones para destronar a Hugo Chávez. Venezuela, como Chávez, es un país de contrastes.
El mal estado de la economía, que Venezuela sea uno de los países más inseguros del mundo y una oposición política unida y fuerte no son suficientes razones para destronar a Hugo Chávez. Venezuela, como Chávez, es un país de contrastes.
Hugo Chávez, Reuters
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Poco queda de ese niño que creció en un ambiente humilde en
pequeño pueblo venezolano, Sabaneta. También, poco queda de ese Hugo Chávez
delgado y demacrado que usaba las armas en el Golpe de Estado de 1992. Ahora
estamos frente a otro Hugo Chávez que ha aprendido a usar otra arma: la
política.
En Venezuela, en la Venezuela creada por Chávez, conviven
las misiones en las que se enseñan a leer y a escribir en los barrios populares
y la aprobación de leyes autocráticas
que permiten dar poderes al presidente para aprobar leyes sin la necesaria
aprobación del Congreso.
Hugo Chávez, como híbrido de culturas e ideas, encabezó el
resurgir de el populismo caudillesco en Latinoamérica. Hugo Chávez, dueño de
contradicciones, legitima el voto universal, pero luego reforma la constitución
para garantizar su estancia en el poder y
centraliza el poder en su persona.
Hugo Chávez no deja indeciso a nadie, alrededor de su
persona hay odios exasperados y devotos exaltados. Su odio al capitalismo, la
reinserción de un modelo que parecía olvidado ha creado un nuevo tipo de
socialismo en el siglo XXI.
Hace años, exactamente en el 2005 Chávez, Chávez ordenó la
expropiación de latifundios y tierras aparentemente improductivas, para
dárselas a quien pudiera trabajarlas alegando como justificación “la seguridad
alimentaria” y una profundización de la revolución.
Entre máximas bolivarianas, expropiaciones agrarias, apoyo
al régimen de Fidel Catro, ideas cristidas y medidas sociales autoritarias,
Chávez es un icono que no deja indeciso a nadie.
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