miércoles, 10 de octubre de 2012

Venezuela, como Chávez, es un país de contrastes

Marta Jiménez Gentil

El mal estado de la economía, que Venezuela sea uno de los países más inseguros del mundo y una oposición política unida y fuerte no son suficientes razones para destronar a Hugo Chávez. Venezuela, como Chávez, es un país de contrastes.
Hugo Chávez, Reuters
Recién conocido el cáncer de Chávez, ya el mismo alertó que había llegado al poder para quedarse: “resuelto hasta el 2031. Tengo razones médicas, científicas, humanas, amorosas, políticas para mantenerme al frente del Gobierno y de la candidatura con más fuerza de antes".
Poco queda de ese niño que creció en un ambiente humilde en pequeño pueblo venezolano, Sabaneta. También, poco queda de ese Hugo Chávez delgado y demacrado que usaba las armas en el Golpe de Estado de 1992. Ahora estamos frente a otro Hugo Chávez que ha aprendido a usar otra arma: la política.
En Venezuela, en la Venezuela creada por Chávez, conviven las misiones en las que se enseñan a leer y a escribir en los barrios populares y  la aprobación de leyes autocráticas que permiten dar poderes al presidente para aprobar leyes sin la necesaria aprobación del Congreso.
Hugo Chávez, como híbrido de culturas e ideas, encabezó el resurgir de el populismo caudillesco en Latinoamérica. Hugo Chávez, dueño de contradicciones, legitima el voto universal, pero luego reforma la constitución para garantizar su estancia en el poder y  centraliza el poder en su persona.
Hugo Chávez no deja indeciso a nadie, alrededor de su persona hay odios exasperados y devotos exaltados. Su odio al capitalismo, la reinserción de un modelo que parecía olvidado ha creado un nuevo tipo de socialismo en el siglo XXI.
Hace años, exactamente en el 2005 Chávez, Chávez ordenó la expropiación de latifundios y tierras aparentemente improductivas, para dárselas a quien pudiera trabajarlas alegando como justificación “la seguridad alimentaria” y una profundización de la revolución. 
Entre máximas bolivarianas, expropiaciones agrarias, apoyo al régimen de Fidel Catro, ideas cristidas y medidas sociales autoritarias, Chávez es un icono que no deja indeciso a nadie.

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